TRAVESIA
Vinieron desde las profundidades
Para asentar sus almas y poblar los
espacios
Entre parajes y montes, abrieron sendas
Y el más anciano cantaba, hablaba
Y el más joven se llenaba de sabiduría
Desde las montañas rocosas
Divisaban la majestuosidad de la noche
Y sus corazones exaltados de placer
Rompían
con furia el viento del norte
El
invierno se hacía crudo
Las olas
golpeaban las costas
Pero la
determinación era más fuerte
El calor de sus
gritos, la pericia de sus pasos
Acallaban la
lápida otoñal
Pensó aquel día
en retornar a las profundidades
Y su corazón se
nubló y estremeció
Pero al ver al
canelo flamear en lo alto
Y cantar sus
hojas con pasión y fulgor
Caminó hacia el
valle y entonces descansó
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