lunes, 25 de febrero de 2008

Ayliñ Ñamkucheo

ESPIRITU DEL BOSQUE

En la punta de una estrella me sumerjo en este sueño.
La vida se extiende y brota;
el sendero se abre cuando el espíritu del bosque nos recibe.
Nuestros pasos respetuosos son guiados;
nuestros espíritus despiertos se fortalecen.
Nuestros ojos adquieren profundidad
y un torbellino de colores,
de newen
se posa en nuestras mentes.
Avanzamos,
caminamos...
El cielo se cubre,
en lo alto se cierra
y el abrazo milenario fraternal nos alcanza con una suave caricia,
con manos de agua transparente que limpian el corazón.
Nuestros cuerpos se transforman,
se entremezclan,
ya no somos sólo de carne,
sólo de hueso.
Hoy somos un todo entrelazado.
Ahora también somos verdes,
marrones,
delgados y gruesos,
pequeños, gigantes, celestes,
livianos,
muy livianos.
Hoy nos elevamos
y nuestras alas se extienden a la vida.
Nuestro espíritu vuela más allá de lo tangible,
más allá de lo posible.
Una frase lo resume: “Estamos en casa”,
con nuestros hermanos, con nuestra familia.
Los sentidos se agudizan y comenzamos a percibir,
comenzamos a vivir.
Olor a tierra húmeda es nuestra piel.
Una neblina blanca
y espesa nos cubre pero no nos tapa,
nos protege y limpia nuestra visión.
Las lágrimas son lluvia
y las manos ramas.
Los pies enraizados nos trasladan al pasado...
en este lugar sin tiempo
(o con todos los tiempos posibles)
nos reencontramos.
En la oscuridad sin ver el cielo,
encontramos la claridad.
Veo mis manos:
hoy mis dedos son verdes,
con la forma de un ojo con esquinas delgadas
y centro más ancho...
las transparencias son sólidas a simple vista...
pero los caminos se entrecruzan
y las nervaduras de mis dedos se extienden a las alturas;
donde esta mi estrella,
donde esta mi hermana luna.
La misma que se refleja en estos ojos de lluvia transparente.
La misma que ordena el verde manto que se extiende.

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LOS NACIMIENTOS

Parada sobre la oscuridad de la nada
volteo y veo como el sol se desprende
del cielo para acariciar con sus tibias manos
la tierra fértil que espera ser fecundada
El eco de este sueño real,
alcanza con un rasguño,
la cumbre de una montaña blanca
que se estremece y escupe de su corazón
un torrente de fuego líquido.
Todas las fuerzas de la naturaleza
son testigos de estos sentimientos.
Y el cielo que seriamente contempla todo
deja caer sobre la tierra una suave
llovizna que la ayudará a parir.
Así nace cada fuerza, cada espíritu,
cada ser.
Así nacen los animales y las plantas,
y así también nace la
gente de la tierra.
Quienes desde la espesura del monte,
trabajan incansablemente por el futuro,
que más temprano que tarde será
PRESENTE.
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MACITUN

Cuando la oscuridad comienza a morder el ocaso
y la luna desliza su presencia,
el wajmapu comienza a vibrar al ritmo natural del kulxug;
que entre lunas, estrellas y soles;
llama a nuestros ancestros.
La gran mujer que lo sostiene en su vientre vibra con él
y se comunica con su newen.
Se escucha entonces el hablar de los bosques,
de los cerros, de las aves, de la tierra
y del mapuce.
Desde afuera los kona esperan atentamente
el momento indicado para expresar su newen.
Mientras en la ranuras de la ruka se cuela la luz
de los espíritus de nuestros abuelos
y así su sabiduría ilumina por siempre nuestro caminar.
De pronto el ritmo se hace más interno y más antiguo.
La gran mujer acelera su ritmo y los kona alzan en los alrededores
su afafan con el malowiñon que toca la wenu mapu.
El foye se estremece y danza al ritmo del Mapuzugün.
El gran espíritu del lugar ha llegado
y todos lo saludamos con el corazón,
con el espíritu, con la mirada
y nuestro zugu.
Ese gran espíritu no ha llegado sólo,
viene montando a un gran caballo marrón
y acompañado de sus logko y kona.
Luego de conversar con un hombre que lo recibe en este espacio,
comienza a utilizar diversos baweh
y desde lo profundo de su ser junta su newen,
para exhalar toda la sabiduría sobre el likan;
hablándole
y haciéndolo vibrar sobre el kulxug,
para luego enviarlo volando hacia el azul con las autoridades del
wajmapu.
Luego de tanta fuerza en movimiento,
después de tanto purun,
el fuego ya esta dejando sus últimas huellas,
mientras la gran mujer danza sobre el foye
y el antv extiende sus cálidos brazos.