GRITANDO EN EL CALABOZO
me secuestro los ojos de la piel
y arranco mis pies de la tierra,
pero refugio mi voz en alguna sombra.
Como si mis pasos anduvieran en el aire
y dejaran sus huellas en las nubes,
voy saltando las tormentas
y ahuyentando las oscuras palabras.
Por un momento seré poeta
en algún sombrío bosque;
dejaré reposando en la nieve mi fiebre
de huir como lo hace el viento en mi tierra, lo aré.
El silencio es un azar poblado de estrellas
el cielo apenas un peladero castigado de azul,
no hay jardín donde pueda depositar mis oprimidos gritos
mas en la tortura seguirá reproduciéndose la ira.
HOGAR MAPUCHE PELONTUWE
las voces continúan transitando
brotadas desde los cuatros puntos de la tierra
hacia el encuentro de la memoria
impulsadas con la ayuda ancestral
por el sendero de la hermandad,
son voces venidas del viento
enraizadas de canelos
amarradas en descalzos boquis.
En sus murallas descansan las palabras
tejidas con el barbecho de la sangre
cuya simpleza adornan el devenir
Solo sombras torturadas
deambulan en su patio
solo huellas del tiempo
habitando en los surcos de la historia.
ME ESTOY SOLO
El sol se cubrió de luto. Y como él
¡Oh Luna de mi vida, a semejanza suya, vístete de sombras.
Charles Baudelaire
En el barbecho de la noche
o en la quietud del día;
en la insomne madrugada
o en el áspero atardecer
me estoy solo
secuestrado en el tiempo
en constancia de los días rutinarios.
En el insomne de la noche
la oscuridad irradia nuestras sombras.
Entremedio de rocas
una flor hiere sus pétalos,
los días van sin descuido
hacia sus guaridas, allí, refugianse
yo o, por los menos lo que queda de mi
Me estoy solo
colindo en este maldito sigilo
con migo mismo.
Bajo la tutela de la soledad
amanecer es en vano, si tu no estás,
la tarde adolece de ti:
solamente nadie escribe versos en la arena
y la mar se encarga de repasarlos.
Me estoy solo, escribiendo poemas en un burdelpara la doncella ausente
cuyo matrimonio fracasó después de haberme conocido;
en custodia de nadie, me estoy ausente en tus labios marchitando los días
y pudriendo las noches.
Ya no veo pasar la luz del día
ni la de tu sonrisa.